miércoles, 21 de enero de 2009

La imagen romántica de España. Arte y arquitectura del siglo XIX


Francisco Calvo Serraller, La imagen romántica de España. Arte y arquitectura del siglo XIX, Madrid, Alianza, 1995.

Antes de la Guerra de Independencia eran muy pocos los extranjeros que decidían viajar por España. Nuestro país era considerado un lugar atrasado de cuya visita el viajero ilustrado no podía sacar mucho provecho. Sin embargo, después de la guerra y con la eclosión del movimiento romántico, se puede hablar de una auténtica hispanofilia por toda Europa, de manera que el viaje por excelencia de la juventud romántica será el viaje a España.
No puede extrañar por tanto que los caminos y las ciudades españolas, se llenaran de escritores y artistas plásticos que hastiados de la vida burguesa de sus ciudades europeas, buscando lo diferente, lo curioso y lo pintoresco, llegaban al que habían convertido en el país romántico por excelencia.
La fama que los españoles habían adquirido en la lucha contra los franceses, la rica herencia medieval tan del gusto romántico, la ausencia del progreso que a caballo de la revolución industrial se extendía por Europa, y el deseo de conocer la tierra española que más apreciaban: Andalucía, quintaesencia de lo romántico con sus gitanas, sus bandoleros y sus misterios orientales, fueron un auténtico imán para estos artistas, ante la sorpresa de los locales.
El libro, que recoge una selección de artículos del autor ya publicados anteriormente en revistas especializadas y en libros colectivos, se presenta a su vez dividido en dos partes.
En la primera parte Calvo Serraller, a través de los diferentes capítulos analiza el descubrimiento de España por los románticos, con especial atención al viaje pintoresco, entendiendo la palabra como algo digno de ser pintado y el descubrimiento de la pintura española por los artistas europeos que anteriormente apenas se habían interesado por ella. Analiza también la figura de Goya, ensalzado por los pintores europeos cuando apenas había creado escuela en España. Analiza también la pintura costumbrista española, con especial atención a la importante escuela del costumbrismo andaluz. La Sevilla romántica merece especial atención para el autor. Sevilla se convirtió en el lugar al que llegar para cualquier viajero por España, allí esperaba el mito de la andaluza y su prestigio oriental, cuando Andalucía y Sevilla se convirtieron en el paradigma de lo español. Dedica también el autor unos capítulos a la conformación y desarrollo de la pintura romántica en nuestro país, con especial atención a las discusiones que se establecieron en torno al tema del paisaje.
La segunda parte del libro tiene como protagonista a la arquitectura española del siglo XIX, prestando atención a los problemas que tuvo para desarrollarse, en una época de convulsiones políticas y de importante carestía económica. Es de destacar la importancia que tuvo la desamortización eclesiástica en las ciudades y su repercusión en la arquitectura y en el urbanismo, y que en general puede considerarse una ocasión perdida de cara a haber construido edificios y ciudades más habitables. Se ocupa el autor de las transformaciones urbanas de las principales ciudades, con el derribo de murallas y los ensanches que espaciadamente se fueron realizando en ellas, y que generalmente fracasaron en sus intenciones urbanística debido a la permisividad de la clase política y a la especulación en busca de riqueza rápida, dejando un legado que aún seguimos sufriendo en nuestras ciudades.

Foto: Carlos Haes: Los Picos de Europa, Museo del Prado.

viernes, 2 de enero de 2009

Los mitos de la Historia de España


Fernando García de Cortázar, Los mitos de la Historia de España, Barcelona, Planeta, 2003.

García de Cortázar es uno de los historiadores españoles más leídos de la actualidad, gran divulgador de nuestra historia, algunos de sus libros como Breve Historia de España se han convertido en auténticos best sellers.
En el libro que nos traemos entre manos, el profesor bilbaíno, desenmascara muchos de los mitos de la historia que en la España actual son dados por realidades de nuestro pasado después de haber sido repetidos hasta el cansancio por propios y extraños.
"España martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma..." decía Menéndez Pelayo, recordando aquellos albores de la modernidad en que España a capa y espada como es de ley, defendía la única fe verdadera por los campos de Europa, mientras la extendía por nuevos mundos para mayor gloria de Dios. Repetía así la idea de una España religiosa hasta la médula, olvidando la importante tradición anticlerical que recorre el pensamiento español moderno y contemporáneo.
El exilio republicano de 1939 ha quedado en el imaginario colectivo de los españoles, como una de las mayores afrentas que unos españoles han hecho a otros, negándole la tierra y la raíz, condenándoles a vivir y morir en lugares extraños, privando al país de las mejores mentes y de los más progresistas espíritus. Y no es para menos, porque ese éxodo obligado huyendo de la victoria y la venganza de Franco ha quedado como una de las grandes ignominias de nuestro pasado. Tanto, que ha hecho olvidar otros exilios, más lejanos, pero no menos ignominiosos. García de Cortázar en uno de los capítulos de este obra, nos recuerda esos otros exilios en que miles de españoles tuvieron que coger la puerta de salida hacia ser hijos de ninguna parte. los judíos expulsados en 1492, que se llevaron las llaves de Sefarad y aún sus descendientes las guadan como tesoros. Los moriscos definitivamente expulsados en 1609 por la Pax Hispánica de Felipe III. Los que huyeron de la persecución religiosa por soñar un cristianismo más humano. Los ilustrados como Olavide. Los afrancesados que tuvieron la mala suerte de que sus ideas las representara un rey extranjero. Los liberales cuando Fernando VII volvió de su particular exilio para echarlos a ellos. Los carlistas que vivían en el pasado cuando España quería agarrar por fin el presente. En fin, a los españoles nos costó habituarnos a vivir en la misma casa con los que piensan diferente.
Otro mito es el de la España romántica, aquella de los bandoleros y las majas con navaja escondida. Áquella que no era europea sino africana, la de aquéllos escritores viajeros del XIX que no veían sino lo que querían ver y nos dejaron escritas no la realidad sino sus fantasías.
Estos mitos y otros muchos son desgranados en este libro a través de nueve capítulos de amena lectura.