martes, 2 de marzo de 2010

Para entender el conflicto de Kosova



Carlos Taibo, Para entender el conflicto de Kosova, Madrid, Los Libros de la Catarata, 1999.


Kosovo era una pequeña provincia de Yugoslavia de la que pocos habían oido hablar hasta que a mediados de los noventa se presentó como el nombre de un nuevo episodio bélico del inacabable conflicto balcánico. Allí parecía que la dramática y reciente experiencia de Bosnia se repetía con imágenes casi calcadas, de nuevo el fantasma de la limpieza étnica parecía cebarse esta vez con la población de origen albanés, mayoritaria en la provincia. Era así como Kosovo se daba tristemente a conocer al mundo.
Sin embargo las tensiones venían de muy atrás en el tiempo, como en otras zonas de los balcanes diferentes pueblos compartían un territorio común y mantenían unas relaciones que según los momentos fluctuaban desde el fructífero intercambio hasta la beligerancia manifiesta. La provincia, mantenida durante la etapa socialista de Tito dentro de las fronteras de Serbia a pesar de ser estos una minoría, vió sin embargo como se respetaban los derechos de la mayoría albanesa que pudo prosperar, a pesar de que Kosovo siempre fue una de las regiones más pobres de la antigua Yugoslavia. Esos derechos empezaron a dejar de mantenerse, cuando a la muerte del Mariscal comenzó a resquebrajarse la débil arquitectura que había mantenido unida la federación y cada región empezó a mirar más por sí misma que por el conjunto.
En 1989, la autonomía que había mantenido Kosovo dentro de Serbia fue suprimida por el gobierno de milosevic y comenzó a perseguirse a la población albanesa para forzarles a abandonar importantes extensiones del país. Ahí comienza el reciente conflicto de Kosovo, excepcionalmente expuesto por Carlos Taibo en este libro de 143 páginas, con todas las pistas para entenderlo, tanto en su acontecer interno como en su proyección internacional.
Obviamente el libro publicado en 1999, no recoge los sucesivos acontecimientos que desde entonces han sacudido la zona. Kosovo, declaró su independencia unilateralmente en febrero de 2008 y desde entonces ha sido reconocido por importantes países como los Estados Unidos y casi todos los europeos. No obstante siguen sin reconocer su independencia países como la propia Serbia, Rusia o España. Con todo, aquí encontraremos toda la información necesaria para acercarnos la problemática que sigue sacudiendo a esta zona de Europa.
Por último indicar que el autor escoge el nombre albanés de Kosova para denominar a este país dejando así claro que esa es la población mayoritaria desde tiempo inmemorial, aunque para nosotros sea mucho más familiar el nombre serbio de Kosovo.

martes, 2 de febrero de 2010

La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia


Eric D. Weitz, La Alemania de Weimar. Presagio y tragedia, Madrid, Turner, 2009
Título original: Weimar Germany. Promise and Tragedy
Traducción de Gregorio Cantera

El Imperio alemán fue uno de los cuatro imperios que desaparecieron con el fin de la Primera Guerra Mundial, el gobierno autoritario del Kaiser dió paso a una República que a pesar de todas las dificultades a las que tuvo que enfrentarse intentó cambiar la faz de Alemania y convertirla en una democracia plena, quizás la más avanzada de Europa en su época.
Internarse en el periodo que abarca desde 1918 a 1933, es acercarse en el caso de Alemania a una de las etapas más innovadoras y creativas de la historia contemporánea de Europa. Por primera vez el voto fue extendido hasta alcanzar a toda la población incluidas por fin las mujeres, los derechos sociales como el derecho al trabajo, a la educación, a la vivienda, etc... quedaban plasmados en una constitución. Los poderes propios del Antiguo Régimen, como la nobleza, la Iglesia y el ejército, tan importantes en Alemania, tenían que dejar paso a la ciudadanía.
No es extraño que en esta época de cambios, la cultura se desarrollara con una fuerza creativa sin precedentes. Basta con recordar algunos nombres bien conocidos para hacernos una idea de la explosión artística que coincidió con los años de Weimar, así Thomas Mann o Bertoldt Brecht en literatura, Kirchner, Grosz o Hanna Höch en pintura, Moholy-Nagy y August Sander en fotografía, sin olvidar la filosofía de Heidegger o el cine expresionista alemán.
Mención aparte merece la arquitectura de la época y que en buena medida puso las bases del movimiento moderno. De nuevo aparecen nombres de sobra conocidos tales como Gropius, fundador de la Bauhaus, Peter Berehns, Bruno Taut o Eric Mendelsohn, que construyeron nuevos edificios para una nueva Alemania.
Pero la historia de la República de Weimar es también la historia de un fracaso, con un comienzo díficil en el que tuvo que asumir las consecuencias de la derrota en la Gran Guerra con su secuela de pérdidas territoriales y de pago de reparaciones, fue presa fácil de aquellos que no estaban dispuestos a tolerar un régimen democrático. Desde el primer momento fue acusada de haber traicionado al país al aceptar las condiciones de paz, y desde muy pronto tuvo que enfrentarse a golpes que trataron de echarla abajo, entre ellos el putsch de Hitler de 1923 en una cervecería de Munich. Acosada por la vieja y la nueva derecha aún más radical, tuvo que afrontar uno de los periodos económicos más difíciles del Siglo XX, incluyendo la etapa de la hiper-inflación y la crisis de 1929 con sus legiones de parados abocados a la miseria. El final es bien conocido por todos, el 30 de Enero de 1933 los nazis con Hitler a la cabeza llegaban al poder en Alemania.
Este libro nos muestra lo díficil que lo ha tenido la democracia para abrirse paso y lo frágil que son en realidad las libertades que creemos seguras. El lector un poco entendido no tardará en encontrar paralelismos con otras experiencias democráticas como la República española, acosadas por todos los medios hasta hacerlas saltar en pedazos.