miércoles, 11 de noviembre de 2009

Londres 1851-1901. La era victoriana o el triunfo de las desigualdades


Mónica Charlot y Roland Marx, Londres 1851-1901. La era victoriana o el triunfo de las desigualdades, madrid, Alianza, 1993.
Título original: Londres, 1851-1901. L`ère Victorienne ou le trionphe des inégalités
Versión española de Juan Antonio Matesanz


En 1851 se inaugura en Londres la primea Exposición Universal apadrinada por el príncipe Alberto, el objetivo de la exposición está claro en la mente de sus impulsores, mostrar la preeminencia de Gran Bretaña entre todas las naciones del momento. No sólo su imperio es ya el más extenso y sus flotas dominan todos los mares, además las naciones tienen que reconocer la superioridad y el dinamismo de la industria británica que ha contribuído a alumbrar un mundo moderno que ha abierto un camino que todos los países han de seguir en pos del progreso y un mayor desarrollo. Londres, la gran urbe que es centro y eje de su poder se eleva sobre todas las ciudades. El Crystal Palace, mole de hierro y cristal se erige en catedral de la nueva era.
Londres en esta época es el inmenso prototipo de un mundo en transformación, la ciudad triplica su población en este periodo, a ella afluyen por miles los campesinos que han sido expulsados de sus tierras por la creciente mecanización y que esperan ganarse la vida en la gran ciudad. Estos obreros llenarán los barrios pobres que serán la constante preocupación de los higienistas por sus malas condiciones sanitarias.
La city se convertirá ya en esta época en el corazón de la economía mundial, allí se toman las decisiones que afectarán hasta en los más recónditos lugares del planeta, banqueros de todo el mundo disputarán por tener sucursal abierta en este pequeño espacio donde se maneja la riqueza del mundo.
Londres será también la ciudad dual por excelencia, se podría pasar de la más escandalosa riqueza a la más absoluta miseria andando sólo unas pocas millas, la gran urbe moderna es también la ciudad de todas las desigualdades. No es extraño que se convirtiera en el punto de llegada de todos los rebeldes, aquí vivirá y escribirá Carlos Marx desde 1850 y aquí se establecerá la I internacional hasta 1873.
En esta segunda mitad del Siglo XIX, Londres se nos presenta como una ciudad apasionante, ciudad a la vez del lujo y la fetidez, sociedad dual por excelencia. Una ciudad donde conviven nobles, banqueros, legiones de obreros, escritores, conspiradores de todas las clases, prostitutas, criminales, donde se enfrentan los más altos ideales con las más bajas pasiones, Sherlok holmes con Jack el destripador.

Foto de cabecera: William logsdail, St. Martin´s in the fields, 1888. The Tate Gallery. Londres

6 comentarios:

Juan dijo...

Este libro lo leí reicién editado allá por 1993 o 94. De esa buena y divulgativa colección de ciudades, leí también el del Berlín de la República de Weimar y el ascenso del nazismo. En efecto, el Londres victoriano era complejo: miserable y fascinante a la vez. A mí, perticularmente, me priva lo británico, mucho más que lo francés. Tras esa capa conservadora se esconde la cara muy liberal de las mentalidades de los británicos. En esos años Francia era militarista y España.....no digamos. Buen libro de lectura que me trae recuerdos de cuando lo leí.
Saludos.

Cayetano dijo...

Las contradicciones propias de una economía que se desarrolla enormemente por la Revolución Industrial y una sociedad con grandes diferencias sociales: una burguesía poderosa e influyente y una clase obrera que malvive y sufre mil penalidades en su vida laboral y doméstica.
Sobre el tema de Jack el Destripador hay un cómic excelente, "From Hell" del genial Alan Moore. Es un libro para adultos de más de 600 páginas. Impresionante.
Un saludo.

En el zaguán dijo...

Me alegro Juan de que te haya traído recuerdos este libro, un libro es también el tiempo en que lo leímos. Y que razón tenéis, Londres en esa época era el espejo donde se miraba la nueva sociedad industrial con todas sus contradicciones. Me apunto el título del Comic. Saludos

RebecaTz dijo...

Tomo nota de este libro, la época me resulta fascinante. He leído sobre la hipocresía reinante en las obras de Oscar Wilde, aunque he profundizado más en las desigualdades sociales de países como Rusia (a través de sus novelas).
Un saludo.

En el zaguán dijo...

Sin duda, desde el punto de vista literario esta época es fascinante y son muchos los autores que se hacen eco de las diferencias sociales y de la hipocresía burguesa que la caracterizan. Desde luegoOscar Wilde será uno de sus más inteligentes críticos. Saludos Andromeda.

Alejandra (Acabo de Leer) dijo...

Tiene muy buena pinta esta obra, sind uda tomaré nota. La novela de Elizabeth Gaskell: Norte y Sur, demuestra también esa desigualdad y pobreza existente en la Inglaterra industrial del siglo XIX