jueves, 10 de diciembre de 2009

La destrucción de la democracia en España

Paul Preston, La destrucción de la democracia en España. Reforma, reacción y revolución en la Segunda República, Madrid, Alianza, 1987.
Título original: The Coming of the Spanish Civil War
Versión castellana de Jerónimo Gonzalo



La llegada de la Segunda República y el proceso reformista y modernizador que con ella se inició, suponía una amenaza directa para la estructura socio-económica vigente en nuestro país por aquel entonces. Los importantes cambios que iban desde el apartamiento de la Iglesia Católica del sistema educativo a una legislación laboral acorde con los tiempos, pasando por una reforma agraria que acabara con el subempleo crónico y la miseria en el campo, fue vista por las oligarquías terratenientes e industriales así como por la jerarquía eclesiástica como un ataque directo al control social que venían ejerciendo.
Parapetadas en la intransigencia, la derecha española representada mayoritariamente por la CEDA de Gil Robles, pasó del intento de obstruccionismo en el periodo reformista de 1931-1933 a la utilización de los resortes democráticos legales, con el fin de llegar al poder y desde allí establecer un Estado Corporativo en el denominado bienio negro. Al quedar cerrado éste camino por la victoria del Frente Popular en las elecciones de 1936, la derecha entendió que sólo la intervención del ejército evitaría el triunfo del programa reformador de los republicanos, y se agrupó detrás de los generales en el alzamiento militar de Julio.
En el primer bienio, social-azañista, desde el gobierno se intentó desarrollar el proceso reformador que colocara a España entre las naciones modernas con la decidida oposición de la derecha legalista en el parlamento. A pesar de ello se sacó adelante una nueva constitución, y se llevaron adelante importantes avances sobre todo en educación y en legislación laboral.
Por contra, el segundo bienio, radical-cedista, supuso el desmantelamiento sin contemplaciones de todo lo avanzado anteriormente y una política de represión contra los trabajadores que alcanzó en el campo sus más dramáticas consecuencias. Durante este periodo y ante la posibilidad de que la CEDA llegara al gobierno y desde allí tratará de destruir la democracia republicana como había ocurrido en Alemania en 1933, los partidos obreros se levantaron en Octubre de 1934 en la conocida como Revolución de Asturias, tras la cuál se endureció la represión contra los partidos de izquierdas.
Finalmente, tras las elecciones de Febrero de 1936, la situación se irá volviendo cada vez más violenta con una mayor presencia en las calles de los extremistas, mientras que el gobierno muestra una debilidad que será utilizada por los militares como excusa para el alzamiento.
Paul Preston, gran conocedor de la historia contemporánea de España, sigue en este libro la estela de otros grandes hispanistas como Gerald Brenan o Raymond Carr, con una obra magníficamente documentada y que demuestra una infatigable labor de investigación.

3 comentarios:

Juan dijo...

Gracias Javier por tu nueva y esperada entrada. Publicas poco pero publicas calidad. Me gusta leer las recensiones de tus libros leídos. Algunos he leído, otros no. De éste que nos hablas no lo he leído. Soy un admirador de su autor, el bueno de Preston. He leído su célebre biografía: Franco, Caudillo de España. Imagino un libro éste como bien y rigurosamente escrito, como nos acostumbra este gran hispanista británico. La temática republicana de los años treinte siempre es apasionante para cualquier español.
Saludos Javier.

Cayetano dijo...

El enfrentamiento entre las dos españas estaba servido. Era algo anunciado: muchas décadas en las que se dejaron pudrir los problemas sin ofrecer ninguna solución al atraso y a la injusticia, al caciquismo y al analfabetismo imperantes en nuestro país.
Tarde o temprano vendría el enfrentamiento entre concepciones políticas y culturales no distintas sino contrarias.
Un saludo.

En el zaguán dijo...

Saludos Juan, riguroso es una de las calificaciones que se le pueden dar a este libro, una cualidad que acompaña a Preston en toda su obra. Saludos Cayetano y gracias por tus siempre acertados comentarios.