martes, 29 de julio de 2008

EN EL MONTMARTRE DE PICASSO

Cuando Picasso tras varias visitas a la capital francesa decidió establecerse definitivamente en París, fue a parar al barrio de Montmartre y allí a una comuna de artistas, el famoso Bateau-lavoir donde trabajaban y convivían algunos pintores que hoy son reconocidos como los creadores del arte moderno. Picasso debido a su genialidad se convertiría en el alma de un variopinto grupo de pintores y poetas que dieron color a este barrio parisino donde se gestó el arte contemporáneo.
Artistas entregados a la bohemia, a la vida de los bares y cafés, llevando en no pocas ocasiones una vida dura y miserable. Pululaban por allí, en el Bateau-lavoir, en el Lapin Agile, en La Butte -la famosa colina que corona el barrio-, además de Picasso, Juan Gris, Braque, el cuál se entregaba los Domingos a bailar valses con las muchachas en el Moulin de la Galette, Suzan Valadon y su hijo el genial y alcohólico Maurice Utrillo, los fauvistas Matisse, Derain y Vlaminck, Van Dongen, más tarde también Modigliani y Severini. Incluso a grandes de una época anterior como Degas, al que era fácil ver observando a las lavanderas que le insultaban al creerlo un viejo mirón. Junto a ellos poetas como Max Jacob o el genial Apollinaire que tanto hizo por dar a conocer a Picasso y el cubismo.
El pintor malagueño, que abandonó Montmartre en 1910, recordará durante toda su vida sus años en el Bateau-Lavoir, no en vano allí encontró la amistad, el amor con su primera compañera Fernande Olivier, además allí fue donde inventó el cubismo, que marcaría para siempre la historia del arte. Allí fueron los artistas en tropel a ver su cuadro de "las señoristas de Avignon", entre admiración y también no pocas burlas.
El crítico de arte Jean-Paul Crespelle, autor del libro, es especialista en el arte de la época entre 1870 y 1914, su interés es sobretodo estudiar y conocer los lugares donde se desarrollaron las grandes experiencias artísticas. Buen conocedor, acercarse a esta obra es descubrir el mundo donde estos artistas trabajaron, sufrieron, se enamoraron, donde se divirtieron y realizaron sus bromas y calaveradas. Es acercarse a ese mundo de los bohemios de París, lleno de personajes curiosos, hoy irremediablemente desaparecido.

Jean-Paul Crespelle, La vida cotidiana en el Montmartre de Picasso, Argos Vergara, Barcelona, 1983.

miércoles, 23 de julio de 2008

La isla inaudita



Son muchos los autores que han escogido Venecia para desarrollar la acción de alguna de sus novelas. Y es que desde luego esta ciudad parece ejercer extraños poderes sobre aquellos visitantes que apartándose del grupo, se dejan guiar por el azar a través de sus canales.

Es el caso del empresario catalán Fábregas, protagonista de esta obra, que decidido a abandonar una rutinaria vida al frente de su oficina, recala tras pasar por París en la ciudad de San Marcos para pasar una temporada que se alargará hasta convertirse en definitiva.

Cuando el tiempo lo permite, ya que en la novela predomina el mal tiempo, Fábregas se lanzará a la ciudad, que le irá mostrando a cuentagotas sus secretos. Sus encuentros fortuitos con curiosos personajes irán hilando un destino al que después parecerá abocado desde el principio.

Fábregas es un personaje hastiado de una vida a la que sus circunstancias le habían llevado, pero anhelante de una serenidad a la que llegará tras una travesía por el desierto de la soledad y la desgana. Todo eso en Venecia.

Eduardo Mendoza, La isla inaudita, Seix Barral, Barcelona, 2004.

domingo, 20 de julio de 2008

LA ULCERA ESPAÑOLA. HISTORIA DE LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA












Es muy importante la bibliografía existente sobre la Guerra de la Independencia española, a la que además este año se vienen sumando un buen número de publicaciones que desde diferentes perspectivas se asoman a este episodio, que por su importancia trasciende en mucho a la propia historia de España y ocupa un lugar de primer orden entre los hechos que ayudan a comprender la época de las Guerras Napoleónicas.
Es por eso que el interés por la Guerra de Independencia, como ocurre con nuestra Guerra Civil de 1936-1939 traspasa nuestras fronteras, y son muchos los historiadores extranjeros que le han dedicado largos años de estudio. Este es el caso de el historiador británico David Gates que tras mucho tiempo de trabajo, editó hace ya años este libro, que es ya un clásico y una obra fundamental para todo aquel que quiera profundizar en la úlcera española de Napoleón, fundamentalmente en las cuestiones puramente militares. Porque Gates trata de soslayo las cuestiones políticas, aunque por supuesto les dedica su espacio, ya que sin ellas no serían comprensibles muchos de los acontecimientos, pero se centra en el estudio de las campañas militares, trátándolas con sorprendente detallismo.
La obra, pensada en principio para el público británico, se extiende sobretodo en la labor de los ingleses en la penínsla y en sus actuaciones sin duda fundamentales en el desarrollo del conflicto, y aunque no deja de lado las principales intervenciones de las tropas españolas, a veces se echa en falta una mayor dedicación, pues en ocasiones da la impresión de que los españoles eran meros auxiliares de los británicos. Dedica poca atención también a la guerra de guerrillas, aunque valora en todo momento su importancia.
Debemos destacar de Gates su sinceridad, ya que no oculta los errores de los británicos, rebaja el genio militar de Wellington, y no duda en mostrar las atrocidades y destrucciones que sus fuerzas realizaron en nuestro país.
Uno de los alicientes de este libro, muy beneficioso para los interesados en el devenir de la contienda, es que a cada campaña la acompaña el mapa con el teatro de operaciones en que se desarrolla, así como planos del propio autor de cada una de las batallas y sitios.

David Gates, La úlcera española. Historia de la Guerra de la Independencia, Madrid, Cátedra, 1987.
Traducción de Carlos Laguna

miércoles, 16 de julio de 2008

Las mujeres, que leen, son peligrosas

Hasta la época moderna la lectura fue cosa de muy pocos, la inmensa mayoría de la población era analfabeta, y el acceso a los libros caro y cosa de privilegiados. En el caso de la mujer la lectura era además algo controlado por su entorno, ellas, con unas funciones regidas por una sociedad masculina no debían dedicarse al estudio y mucho menos a leer por placer y abrirse a nuevos mundos y experiencias fuera de su estrecha y vigilada cotidianeidad.

Pero las mujeres fueron cambiando esto, fueron adentrándose en las privadas sastisfacciones y los conocimientos que los libros aportan. Y no fue este desde luego un avance menor en el largo y trabajoso camino hacia su emancipación.

Primero furtivamente, escondiéndose incluso a los ojos de la sociedad, en sus espacios privados fueron ampliando sus lecturas, desde los libros de oraciones pasaron a los libros de viajes, a las novelas de aventuras y de amores, a las sensaciones. Más tarde ya libremente, sin tener que ocultarse de nadie las mujeres leyeron y escribieron, adquirieron y contaron experiencias. Desde hace tiempo todas los estudios señalan que ellas leen más que los hombres, y ahí ganan por que viven más cosas, son más sabias, para muchos son más peligrosas.

Este libro de Stefan Bollmann, nos abre una ventana a la intimidad de la mujer lectora, a mujeres que leen en solitario o en compañía, que leen en voz alta, que se concentran y reflexionan sobre lo que han leído.

La obra es también un repaso a la Historia del Arte desde la perspectiva de la relación entre la mujer y el libro. Desde La Anunciación de Simone Martini hasta las tendencias del Siglo XX, las mujeres leen y nosotros tenemos la suerte de observarlas en maravillosas obras de arte acertadamente comentadas por el autor.

Alexander Alexandrowitsch Deineka, Mujer joven con libro, 1934
Museo Nacional de Rusia, San Petersburgo










Jean-Jacques Henner, La lectora, hacia 1880

Museo de Orsay, París











Stefan Bollman, Las mujeres, que leen, son peligrosas, Maeva Ediciones, Madrid, 2006.

viernes, 11 de julio de 2008

La Conferencia



Pepe Monteserín

La Conferencia El plagio sostenible

Esta novela ganó el Premio de Ensayo Juan Gil Albert, y esto ya puede darnos una idea de que nos encontramos ante una obra curiosa y sorprendente.

Y es que estamos ante un libro de ficción que a la vez nos presenta un magnífico ensayo sobre la literatura, donde se citan más de mil obras de todos los tiempos y latitudes.

El protagonista, José Buelves, recibe el encargo de dar una conferencia y prepara su disertación sobre sueños y empezares, mientras nos cuenta los pormenores de su existencia,"quería aprovechar mi ensayo sobre sueños y empezares, que prometía poco rédito, para componer una novela; era cuestión de echarle al ensayo los sobrantes de mi vida".

Pepe Monteserín, un arquitecto técnico asturiano, que decidió cambiar el A-1 por el A-4, consigue meternos en un personaje que no es capaz de diferenciar su vida de su literatura, que es lo que lee y lo que escribe y que anhela encontrar un poema con el que reconquistar a la mujer que ama.

El plagio sostenible es el otro gran tema de la novela, "todo está inventado, nadie hace sonetos de su propia Minerva, el remake está de moda porque la vida no da más de sí; como dice el filósofo Whitehead (nombre perfecto para un pensador), no hacemos más que acotaciones a lo que contó Platón."

Pepe Monteserín, La Conferencia El plagio sostenible, Lengua de Trapo, 2006, 392 págs.

jueves, 3 de julio de 2008

HISTORIA DE LA FEALDAD

A cargo de Umberto Eco
Lumen, Barcelona, 2008.
Traducción de Maria Pons Irazábal

Este libro es un viaje, un recorrido ilustrado que nos lleva por los anales de la fealdad, por lo que los humanos hemos considerado horrible a la vista, desde la época griega hasta hoy.
Es una obra con lo desagradable como protagonista, un estudio de los terrores y pesadillas del género humano.
Hace años, Umberto Eco escribió "Historia de la belleza", mostrándonos lo que a través de las edades hemos considerado hermoso, deseable, grato y fascinante. Pero la belleza tiene su contraria, y el mismo Eco concibió este libro, no como antítesis sino como complementario, ya que la Historia del Arte contiene belleza y fealdad, sueños y pesadillas como el hombre mismo.


Eco nos muestra los monstruos del ser humano, nos hace de guía y nos enseña demonios, brujas, tuberculosos, leprosos, seres salidos de las pesadillas de los navegantes cuando el mar escondía peligros desconocidos.

A lo largo de los XV capítulos de la obra, nos esperan los textos de autores de todos los siglos y estilos, que describen con miedo, con asco, con rencor, pero también con comprensión, ternura, condecendencia y hasta agrado las figuras más horribles, los animales más abominables, las personas más deformes. Muchos de ellos tratan de dar una explicación para la fealdad, otros tratan de llevar el terror a los hombres describiendo las criaturas más repugnantes, otros destacan la fealdad interior que también persigue al género humano.

El libro maravillosamente ilustrado, nos dañará la vista en ocasiones, pero nos porne delante un espejo para que nos veamos como hemos sido, y como aún hoy somos.




Arnold Böcklin, Autorretrato con la muerte que toca la viola, 1872, Berlín, Nationalgalerie, Staatliche Museen.








Heinrich Füssli, La pesadilla, c. 1781, Frankfurt, Goethe Museum.